Aplicar nuestra inteligencia para adquirir un nuevo conocimiento como estudiantes, en ocasiones se dificulta. Sin embargo, para muchos de nosotros, estudiar sigue siendo un reto. ¿Realmente comprendemos qué significa estudiar y cuál es la mejor forma de hacerlo?
En realidad, no existe una estrategia de estudio perfecta que funcione para todos. Por eso, para mejorar tu rendimiento, el paso más importante es conocerte. Así como existen diferentes personas, existen diferentes maneras de aprender en cada uno de nosotros. Por ejemplo, existen tres tipos de aprendizajes por naturalidad del ser humano, según el sentido que utiliza mayormente en dicho proceso, tales como:
Dependiendo del tipo de percepción, las personas aprenden más fácilmente:
- Con lo que escuchan (aprendizaje auditivo)
- Con lo que ven (aprendizaje visual)
- Con lo que sienten con el tacto (aprendizaje kinestésico)
Según sus particularidades, debe seleccionar las estrategias que le resulten más efectivas.
A continuación, te compartimos un listado de estrategias que han demostrado mejorar el rendimiento académico. ¡Ponlas a prueba y descubre cuáles te darán mejores resultados!
La estrategia de realizar apuntes a mano
Los apuntes que realizamos a mano tienen un efecto muy especial en nuestro cerebro. La escritura a mano requiere fijar nuestra atención en esa única acción y nuestra mente tiene que pensar en el contenido y sintetizar rápidamente para darle la forma adecuada, procurando que sean claros, sencillos y de fácil acceso. Recuerda que te apropias del conocimiento cuando lo traduces a tus propias palabras, cuando le das tu propia forma. Al pasar por estos procesos, nuestra concentración aumenta y se refuerza nuestra memoria.
La estrategia eficaz de realizar la primera lectura a profundidad
En ocasiones, leemos apresuradamente para ahorrar tiempo, pero esto provoca caídas de concentración. ¿Has leído sin comprender nada y, para cuando te diste cuenta, ya avanzaste varios párrafos? Cuando esto sucede, invertimos más tiempo en releer que en seguir avanzando. Por esto, lo recomendable es hacer una primera lectura profunda que implique el análisis del texto. Puedes apoyarte de técnicas como: subrayar, hacer señales en el texto o notas al margen sobre de los puntos principales, de forma que crees una guía de acceso rápido al contenido del texto por si necesitas consultarlo nuevamente. Cuando termines, trata de recordar lo leído y de expresarlo con tus propias palabras.
El estudio y su efectividad según las estrategias a utilizar
Tipos de estudio | Estudio ACTIVO | Estudio Pasivo |
Cuando estudias moviendo las manos y realizas ciertas acciones como:
Es decir, participar activamente en el proceso de aprendizaje |
Solo lectura. |
Las 10 mejores estrategias de estudio
Efectividad Baja |
|
Función: comenzar a construir el conocimiento |
Efectividad Media |
Interrogación Elaborativa: se trata de crear una explicación sobre el tema que estás estudiando, es decir fundamentar el ¿Por qué? Esta interrogante permite que el cerebro realice un mayor esfuerzo ya que se deben comprender las causas de cierta información. Autoexplicación: su utilidad se basa en el aprendizaje abstracto en donde tratas de explicar con tus propias palabras sin consultar el material que tienes sobre el conocimiento que estás adquiriendo. Estudio intercalado: estudiar diferentes asignaturas a la vez permite que el conocimiento se fije de mejor manera, por ejemplo, se puede estudiar Biología y Química de forma intercalada. |
Función: permite pasar más tiempo estudiando ya que al aplicar dichas técnicas, da una sensación de descanso y se evita la uniformidad. |
Efectividad Alta |
Examen práctico: desarrollar exámenes prácticos es una de las mejores formas de aprendizaje, es mayormente más eficientes que otras técnicas de estudio, es decir nadie aprende a cocinar solo con ver programas de cocina. Si tu tema de estudio tiene aplicación práctica, te recomendamos ponerlo a prueba. Práctica distribuida: también se le conoce como distribución espaciada, en donde a lo largo del proceso de aprendizaje se distribuye el estudio en vez de concentrarlo en un solo momento. |
Función: poner en práctica lo que se ha estudiado. |
Mantén la concentración
Identifica el alcance de tu concentración y sigue un entrenamiento para alcanzar períodos mayores. Estos son algunos tips:
Estudio Intercalado
Al planificar tus sesiones de estudio considera alternar las materias que vas a estudiar, comenzando por aquellas que te resulten más complejas o difíciles. Cuando sientas que alguna de estas asignaturas se vuelve muy pesada o tediosa, toma un pequeño descanso e intercambiarla por otra. Esto será refrescante para tu cerebro y podrás mantener tu capacidad de concentración.
Propósito específico
Cuando sientas que tu concentración decae, establece un objetivo limitado y concreto: un ejercicio más, una página más, un video más, etc. Si al alcanzar este objetivo recuperaste nuevamente la concentración, aprovéchalo y continúa. Si no es así, toma un periodo de descanso. Concentrarse en cumplir una tarea concreta, en lugar de completar un periodo de tiempo, brinda una sensación de control sobre lo que estás haciendo.
Estudia activamente
A veces perdemos la concentración porque realizamos tareas que nos mantienen pasivos, quietos o no son muy interesantes. ¡Mantente alerta! Cuando sientas que tu concentración decae o comienzas a distraerte, aumenta el nivel de actividad: plantea preguntas y respuestas, lee en voz alta, haz una canción sobre el tema que estás estudiando, imagínate enseñando a otra persona, haz un diagrama, etc.
Ejercita tu memoria
Generalmente, usamos la repetición para memorizar, lo cual es poco eficiente para retener información a corto plazo. Para la repetición de resultados significativos en el proceso de aprendizaje, podemos combinarla con otras estrategias. A nuestra memoria le encanta:
- Lo sorprendente: nuestra memoria retiene lo que no es habitual, lo que nos sorprendió o llamó la atención. Para hacer llamativa cierta información, puedes asociarla con otras ideas con las que guarden similitud, con sonidos o con imágenes. También puedes crear acrósticos (formar una palabra con las iniciales de las palabras que debemos retener) o el estudio por mnemotecnia.
- Lo necesario: discrimina la información para retener únicamente lo necesario. Para esto, te servirá la técnica de subrayado o la elaboración de acordeones.
- Las historias: es mucho más sencillo memorizar ideas que se relacionan en una historia breve, que retener palabras aisladas e inconexas, sobre todo si las unimos con imágenes mentales.
- La música: si le damos cierta musicalidad a lo que queremos memorizar, multiplicaremos nuestra capacidad retentiva.
No olvides que la memoria se sostiene muy bien con la técnica de la práctica distribuida. Trata de recordar lo aprendido cada tanto tiempo: al día siguiente, a la semana siguiente, al mes siguiente. Si el recuerdo falla, entonces relee la información. Sigue así hasta que el nuevo conocimiento sea parte de ti.
Activa conocimientos previos
Relaciona lo que estás aprendiendo con cosas que ya sabes. Antes de comenzar a estudiar, imagina qué conoces sobre esos temas, entonces, cuando encuentres nueva información, relaciónala con conceptos, ideas, procedimientos y autores conocidos. Para remover tus conocimientos previos y traerlos a tu mente, puedes realizar:
- Lecturas rápidas: sirven para ACTIVAR lo que ya sabemos (NO para comprender nueva información) porque nos ayudan a captar lo básico del texto.
- Preguntas y respuestas: hazte preguntas sobre el tema que estudias (¿Qué es? ¿Qué sucede? ¿Quiénes lo hacen? ¿Por qué ocurre? ¿Cómo se hace?), así tendrás presentes las preguntas para las que no tienes una respuesta y te concentrarás en encontrarla.
Conoce tu metodología de estudio
Aprende a conocerte como estudiante, identifica cuáles son los temas que dominas o que te gustan, así como aquellos que te resultan difíciles o que todavía no eres capaz de comprender. Mientras mejor te conozcas, mejor planificarás tus sesiones de estudio y obtendrás resultados sorprendentes.
¿Cómo sabrás que ya dominas un tema?
Podrás estar seguro de que un conocimiento es parte de ti cuando puedas explicarlo a otras personas, de forma clara y sencilla, sin revisar tus notas. Recuerda que la comprensión consiste en traducir la complejidad de un tema a tus propias palabras.
¡Comienza tu preparación!
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